Casi tres millones de trabajadores pobres en Europa no pueden calentar sus hogares por los bajos salarios y el aumento del precio de la energía
España se sitúa entre los cinco países donde más ha aumentado el número de trabajadores pobres que no pueden pagar la calefacción desde 2009. En Europa, son casi tres millones de trabajadores los que no pueden calentar sus hogares, debido a los bajos salarios y la subida del precio de la energía, según la Confederación Europea de Sindicatos (CES).
USO demanda una directiva de salarios mínimos ambiciosa que sirva para atajar el aumento de la pobreza laboral, además de aumentar el salario mínimo en España, para que se ajuste al umbral de decencia propuesto por la CES. También reivindicamos abordar de una vez por todas la reforma laboral en España para acabar con el aumento de la precariedad.
Trabajadores pobres que no pueden calentar sus casas
La CES ha recabado datos acerca de cómo está afectando la pobreza laboral en el uso de la calefacción por parte de los trabajadores europeos. Los bajos salarios provocan que casi tres millones de personas en la UE no puedan permitirse el lujo de calentar sus hogares a pesar de estar trabajando.
Las cifras recabadas por la CES muestran que con la entrada del otoño, el 15% de los trabajadores pobres en Europa no podrá encender la calefacción, lo que equivale a 2.713.578 personas. Esta cifra, además, se refiere únicamente al número de trabajadores que gana menos del 60% de la mediana salarial nacional en su país. No incluye, por tanto, aquellos trabajadores que ganan menos del 50% del salario medio nacional, lo que significa que es probable que haya muchas más personas trabajadoras que luchan por llegar a fin de mes y pagar sus facturas.
La situación ha empeorado en diez Estados miembros de la UE en la última década y, ahora, con la subida de los precios de la electricidad se corre el riesgo de sumir a más trabajadores en la pobreza energética.
El mayor porcentaje de trabajadores pobres que no pueden permitirse la calefacción se encuentra principalmente en:
- Chipre (45,6%)
- Bulgaria (42,8%)
- Lituania (34,5%)
- Portugal (30,6%)
- Grecia (28,7%)
- Italia (26,1%)
España se sitúa en octavo lugar por detrás de Croacia, con un 15’7% de los trabajadores en esta situación, lo que representa a 391.186 personas trabajadoras.
El mayor aumento porcentual de los trabajadores que no pueden permitirse la calefacción desde 2009 se ha dado en Croacia (16,5%); Chipre (10%); Lituania (7,9%); Eslovaquia (7,8%); España (6%) e Italia (5,2%).
La CES, por una directiva de salarios mínimos ambiciosa que refuerce la negociación colectiva
Como afirma la secretaria general adjunta de la CES, Esther Lynch, “hay millones de trabajadores mal pagados en toda Europa que tienen que elegir entre calentar su casa o alimentar adecuadamente a su familia o pagar el alquiler a pesar de trabajar a tiempo completo. Esto es inaceptable y contradice el objetivo del salario mínimo”.
La subida de los precios de la energía hacen que la acción de la UE en materia de salarios sea aún más urgente. Los sindicatos europeos piden que la UE garantice a través de una directiva un umbral del salario mínimo que se sitúe por encima del 60% de la mediana salarial y el 50% del salario medio de cada Estado miembro.
En la actualidad veinte países de la UE tienen salarios mínimos legales por debajo de este nivel y el proyecto de directiva que hay actualmente sobre la mesa no contempla cambiar esta realidad.
También es necesario que la directiva contemple una serie de enmiendas que garanticen que:
- Los empleadores no pueden reemplazar a los sindicatos con falsos “representantes de los trabajadores” en las negociaciones colectivas.
- Solo las empresas que respetan el derecho a la negociación colectiva puedan acceder a la financiación pública.
- Se respeta el derecho a la negociación colectiva de todos los trabajadores, incluidos los trabajadores atípicos y los autónomos.
USO apoya la iniciativa de la CES de una directiva de salario mínimo ambiciosa y urge a que el Gobierno lo eleve por encima de lo pactado, para hacer frente a la subida del IPC y alcanzar el umbral decente propuesto por la CES.
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